Método IPLER (para comprensión lectora)

¿QUÉ ES?

¿Cuántos errores se han cometido por una comprensión errónea de un correo, libro, o hasta un versículo de la Biblia? Una correcta exégesis es importante, pero de nada valdrá si nuestra comprensión lectora no alcanza el nivel mínimo necesario. Más aun, la capacidad de comprensión lectora mejorada, nos ofrece la posibilidad de hallazgos antes pasados por alto.

IPLER es un método de lectura elaborado por Robinson en 1940. Fue en 1984 que Johns y Mc Nema lo rotularon como adecuado para obtener mejores resultados académicos. A nosotros, sin embargo, nos parece una alternativa para mejorar la comprensión, retención y estructura del proceso lector, cualquiera sea su finalidad.

El método comprende tres momentos, un antes, un durante y un después de la lectura:

ANTES DE LA LECTURA

I. Inspeccionar: examen previo a la lectura

Al acercarse a un texto, podemos hacerlo descuidadamente o por casualidad. Sin embargo, para una lectura consciente, es preciso que el lector llegue a él con interrogantes que, potencialmente, podrá responder al leer. La primera interrogante será “de qué se trata el texto”. Esto se refiere a lo que conocemos como “el tema”.

En muchas ocasiones, el título no deja claro este asunto o bien lo hace insuficientemente. Tendrá que proceder a un recorrido rápido por el cuerpo, reconociendo los subtítulos, el resumen, bajadas o cuñas, pie de fotos y todos los elementos auxiliares que el autor haya utilizado: símbolos, cuadros, figuras, tablas y gráficos.

La finalidad de este proceso previo es formarse una idea general en torno a la cual gira el contenido. De este modo, mientras se lee, el lector podrá organizar las ideas. En definitiva, la inspección es un activador  y organizador cognitivo que apoya el proceso lector partiendo desde una base de conocimiento que servirá para anclar la posterior información.

Descripción: consiste en una mirada rápida al capítulo, libro, texto que se va a estudiar para obtener información básica.

Procedimiento:

  1. Lea los títulos y subítulos del capítulo, determine las páginas que va a leer en una hora, por ejemplo. Observe los encabezamientos de los dibujos, diagramas y tablas.
  2. Lea el resumen, si lo hay. Lea las preguntas si las hay.
  3. Lea la primera oración en cada párrafo.
  4. Explore rápidamente tratando de encontrar las palabras y oraciones claves. Observe las frases en negrilla.
  5. Lea las palabras principales en el glosario.

II. Predecir: preguntas y posibles respuestas que da el texto

Esta parte del proceso se halla tanto en la pre-lectura como a lectura misma. Esto es posible debido a que se debe realizar leyendo secciones y no el texto completo.

Al enfrentarse a la sección del texto a leer, debes hacerte preguntas  acerca de lo que crees que el texto contiene. Una manera práctica de hacerlo, es aprovechando los subtítulos del texto y convirtiéndolos en pregunta.

Imagina que son las preguntas que harías al autor si estuvieran frente a frente. En este momento, no es relevante si las respuestas coinciden posteriormente con las que el lector aventuró, pues es un proceso de corroboración pero también de corrección de ideas. Lo relevante es establecer conexiones entre lo que ya sabes y lo que encontrarás en la lectura.

Descripción: Luego de haber leído y tomado notas se lleva a cabo la realización de dos resultados: el aprendizaje por medio del mapa conceptual y el producto o escrito.

Procedimiento: Construir el mapa conceptual con la ayuda de las fichas y redactar el producto, que puede ser un ensayo o una ponencia.

DURANTE LA LECTURA

III. Leer: con intención y comprensivamente

Ahora, el lector leerá pensando en responder aquellas preguntas previamente hechas. Siempre que leas con un propósito específico, tendrás más posibilidades de centrar tu atención en lo relevante evitando lo circunstancial y trivial del texto. Es preciso aclarar que lo trivial del texto puede obedecer al propósito del momento, por lo que, en otras circunstancias podría ser relevante (sobre todo cuando hablamos de la Biblia).

La lectura comprensiva debe ser una actividad que previamente se configuró un propósito. Si has planteado propósitos a través de las preguntas que deseas responder al finalizar la lectura, tendrás un parámetro claro para subrayar ideas nuevas, separarlas de las secundarias y reconocer términos que podrían ser relevantes aunque no los conozcas.

Como consejo, no subrayes inmediatamente mientras lees, sino luego de un tramo de unos párrafos. Esto te dará una perspectiva más acabada acerca de lo relevante.

DescripciónEl propósito de lectura es la máxima comprensión. La lectura debe ser silenciosa, analítica, comprensiva, dinámica y dar respuestas a las preguntas.

Procedimiento: Se ubica en dos dimensiones: velocidad y comprensión.

1) Velocidad: esta varía con el tipo de lectura. Los factores que más inciden son:

  • Ampliación del campo visual: El campo visual es el espectro que abarca la vista al fijarse en un punto. En lectura, esto incide directamente sobre el número de palabras que eres capaz de percibir en una sola mirada. Para ejercitar la velocidad, divide mentalmente la línea en tres y fija la vista en el centro de cada sector al leer.
  • Posición adecuada: Busca una posición cómoda, con buena luz y lejos de distracciones (en lo posible). Procura relajar los músculos del cuello y hombros y tener el texto a una distancia prudente del rostro.

2) Comprensión: en un párrafo todo gira alrededor de una idea principal expresada en una frase clave. Puede estar ubicada al comienzo, en la mitad o al final del párrafo. Las ideas secundarias se agruparán alrededor de la idea principal de manera que ellas ilustran o implican diversos aspectos de la idea central.

Es importante leer los materiales gráficos como figuras, tablas, diagramas y mapas.

Si se encuentran palabras nuevas es importante buscar el significado al finalizar la lectura del párrafo; si no encuentra su significado en la lectura, es necesario buscarlo en un diccionario.

DESPUÉS DE LA LECTURA

IV. Expresar: responder, a través de lo leído.

Esta parte del proceso corresponde tanto a la lectura como a la post-lectura, ya que se repite por tramo de texto leído.

Una vez leída la sección escogida, responde con tus propias palabras las preguntas que te formulaste en pasos previos. Puedes responder a través de un cuadro sinóptico usando lenguaje “telegráfico” con las ideas subrayadas durante la lectura. Este proceso es probatorio de lo comprendido. Si no eres capaz de lograrlo, a esa lectura le falta trabajo. No te desanimes y regresa sobre tus pasos.

Evita repetir textualmente las ideas, esta es una buena instancia para evaluar tu propia interpretación y comprensión del texto.

Este proceso no es inmediato y es necesario dedicarle el tiempo merecido. Los resultados valdrán la pena, aumentando considerablemente la comprensión, el recuerdo y la construcción de ideas. En tanto más tiempo le dediques a esta parte, mayor será el nivel de aprendizaje y la utilidad de lo aprendido en actividades futuras.

Descripción: Habilidad del individuo para construir nuevas relaciones, establecer nexos, resaltar ciertos conceptos de acuerdo con la tarea que va a desarrollar.

ProcedimientoElaborar fichas de ideas, resumen y conceptualización.

V. Repasar: verificar lo aprendido

El fin de toda lectura es la comprensión. Habiendo seguido el proceso hasta este punto, las posibilidades de haber comprendido mucho son altísimas. En este paso, hay que recapitular para verificar lo extraído del total del texto. La recomendación es que recorras todo el texto y expliques con paráfrasis los puntos principales que has extraído. Puedes ayudarte de las notas si es necesario.

La prueba de fuego es el mapa conceptual u organizador gráfico que puedas construir como síntesis del texto completo. Crear un producto propio que nace de lo que comprendiste, es una de las mejores estrategias para fijar el aprendizaje por más tiempo y profundizar su significado personal.

Descripción: Luego de haber leído y tomado nota se lleva a cabo la realización de dos resultados: el aprendizaje por medio del mapa conceptual y el producto o escrito.

Procedimiento: Construir el mapa conceptual con la ayuda de las fichas y redactar el producto, que puede ser un ensayo o una ponencia.

ALGUNOS ALCANCES ÚTILES

HABILIDADES Y ESTRATEGIAS DE LECTURA

Teniendo en cuenta que “la lectura es un proceso mental complejo tendiente a interpretar el mundo más allá de la información suministrada en el texto” (Cole, 1986), la lectura autorregulada por medio del método IPLER, contribuye a desarrollar una variedad de estrategias y habilidades de estudio y aprendizaje como las siguientes:

Conocer y analizar la estructura de un texto. Generalmente, los autores estructuran su material para facilitar el estudio y la comprensión por parte del lector.

Determinar el grado de importancia de la información. La importancia que adquiere cierta información o idea fuerza contenida en el texto, depende del propósito del lector y del género de tarea que debe desarrollar. Establecer la relación entre información, propósito y tarea es una habilidad que se aprende y desarrolla. Generalmente, la importancia de esta relación es la que induce a seleccionar, subrayar o resaltar algunas partes del texto que se lee.

Resumir un pasaje del texto. Una vez reconocida la importancia de la información e identificadas las ideas fuerza en ella contenidas, se allana el camino para hacer un resumen, el cual debe enfatizar las ideas fuerza y dejar de lado los detalles.

Monitorear la información. Tomar conciencia, o sea, observar como funciona su mente mientras lee es una habilidad compleja que se conoce como metacognición. La investigación demuestra que esta operación mental se lleva a cabo en dos momentos: el primero, al reconocer que algo de lo que se lee no se comprende y el segundo, al seleccionar del repertorio y luego utilizar una estrategia apropiada para corregirla.

Generar preguntas y respuestas sobre el texto. Aprender a formular preguntas y respuestas durante el proceso de la lectura de un texto se considera una buena estrategia para comprenderlo.

HÁBITOS INADECUADOS EN LA LECTURA

Vocalización: consiste en pronunciar en voz baja lo que se lee. Esto disminuye la velocidad y limita la comprensión de lectura. Puede ser muy fatigante.

Subvocalización: repetir mentalmente lo que se lee.

Señalización: seguir con el dedo, lápiz o cualquier objeto los renglones del texto. Esto se convierte en un estímulo distractor.

Movimientos corporales superfluos, ya sea de la cabeza, brazos o pies.

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