¿QUÉ ES?
LEMAR es un método desarrollado por InfograBiblia para facilitar la lectura devocional o, como decimos entre nosotros, para realizar un devocional cognitivo.
Se trata de 4 pasos consecutivos básicos e ineludibles para obtener el beneficio esperado de esta disciplina espiritual.
LEMAR es un acróstico de Leer, Meditar, Aplicar y Recordar. Los acrósticos, como muchas otras técnicas, nos ayudan a recordar mejor. Así, este método pone en práctica su intención desde su mismo nombre. Los pasos del devocional cognitivo que proponemos, no son, en sí,desconocidos para quien realiza emocionales. Lo nuevo acá es la propuesta de implicar nuestros procesos cognitivos (de aprendizaje) de manera consciente e intencional. No es una propuesta caprichosa: la misma Biblia invita Palabra (a ello.
Siempre hemos oído de la creatividad de los hijos de Dios “porque Dios es creativo” (y Creador, por cierto). Pero entendemos la creatividad de un modo incompleto. El proceso creativo es eso, un proceso, y como tal amerita disciplina, dedicación y práctica. Más aun, el pensamiento creativo no es ni por lejos el único proceso de pensamiento que los seres humanos tenemos: está el pensamiento deductivo, analógico, lógico, por mencionar algunos.
Con este método, proponemos que pongas todo tu ser (más aun, toda tu mente) en la meditación de la Palabra de Dios a diario. Te explicaremos los pasos y la razón de ser de cada uno desde una perspectiva bíblica y de aprendizaje.

LEMAR: UNA FUNDAMENTACIÓN SINTÉTICA
»Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.
¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas».
Josué 1:8-9 NBLA
Aunque hay muchos otros textos, este en particular incluye todo lo que espera Dios que hagamos respecto a su palabra (sintéticamente). “Nunca se apartará de tu boca” es, en realidad “lee” este libro. En aquellos tiempos en que la lectura silente no existía, sino solo la lectura en voz alta, leer era declamar la lectura, generalmente en grupos como la congregación o la familia. La lectura es el primer paso para acercarse a la Palabra (ahondaremos luego).
“Meditarás en él” es literal: medita. No debemos confundir este término con muchos de sus usos modernos. Meditar no tiene nada que ver con dejar a mente en blanco; sino que todo lo contrario, con llenar la mente de pensamientos acerca de la Palabra. En este momento es cuando todos los procesos cognitivos se agolpan para ponerse al servicio de la meditación sobre lo que Dios ha dicho. Añadimos “de día y de noche” porque, cada vez que la Biblia habla del día con su noche, se refiere a un día cronológico: parafraseando, todos los días.
“Para que cuides (lit. observes) de hacer todo lo que en él está escrito”. La aplicación es inseparable de la reflexión. Dios exige que pongamos en práctica. Para ello, es necesario que identifiquemos qué es aquello que la Biblia nos pide aplicar.
El versículo 9 da una orden de ser fuerte y valiente. Si Dios habla, ¿será qué hay que recordar lo que ha dicho? Vamos por parte ahora.
LEER
Comienza a hacer de le lectura un hábito. Lee cada día. Vas a ver como comenzarás a comprender aquello que, en principio no podías. O vas a ver textos que habían pasado desapercibidos antes. Esto es un proceso cognitivo que está comenzando a activarse (y el Creador del cerebro lo conoce bien). Lo que está sucediendo cuando lees varias veces, en distintos momentos y disciplinadamente, es que vas a comenzar a “memorizar”.
La memorización, o mejor dicho, la memoria es uno de los procesos cognitivos más mal comprendidos y mal usados de todos los tiempos, pero es relevante. Ya ahondaremos más en “recordar” pero baste decir que la lectura es el primer paso. Deuteronomio 11:20 di que debemos escribir la Palabra en los postes, en las puertas, en todas partes. De modo que podamos leerla donde sea que estemos.
Cuando un niño se inicia en l lectura, ya hace mucho que vienen viendo textos. Él sabe que son letras aun antes de saber leerlas, y si fue expuesto a un entorno rodeado de textos, libros y personas que leen, tendrá un camino adelantado. Con nosotros respecto a la Palabra es lo mismo: leamos a todo momento y escribámosla cuantos sea posible.
MEDITAR
El motivo de escribirla y leerá es poder meditar, reflexionar. Muchas veces meditamos en la lectura no en el momento mismo sino luego, cuando no tenemos el texto enfrente: en. La ducha, en el trabajo (no dejes de hacer tu trabajo), en una pausa durante el día. Pero para ello debiste haber leído antes, de otro modo no tendrás “materia prima en la mente” para reflexionar.
Leer es importante, pero el paso siguiente es reflexionar. Si no reflexionamos, todo lo que leemos pasará a ser superficial, no tendrá sentido en nuestra vida real y por lo tanto se olvidará en el corto tiempo. Con el correr de los días, lo que leímos cambiará su forma en nuestra mente y se tergiversará (nunca recordamos las cosas ta como fueron). Es necesario ambas cosas, leer y meditar, cada día.
Proverbios 3:3 dice que la misericordia y la verdad no se aparten de nosotros y a{de: átalas a tu cuello y escríbelas en la tabla de tu corazón. Que metáfora más genial para graficar que debemos “reflexionar cada día” en la verdad: alrededor de tu cuello es cargar la verdad sobre ti, soportarla verdad, conocerla. Las tablas de tu corazón es meditar en ella con cada latido.
Para meditar sigue procesos, hazte preguntas, piensa en el contexto del escritor y del texto. Luego, piensa qué quiso decir el escritor al receptor del mensaje (también puedes apoyarte de diccionarios, comentarios, conversaciones) y luego extrapola a la realidad actual.
Cuando haces estas cosas y otras similares, estás usando pensamiento deductivo, analógico (que relaciona elementos paralelos), comparaciones, clasificación, concentración, atención y otros. Toda tu mente al servicio de la verdad de la Palabra.
APLICAR
La verdad que no se aplica, no ha venido a ser verdad en nuestra vida. Si no aplicamos, nos convertimos en meros teóricos de la verdad, nuestra verdad viene a ser relativa y puede ser suplida por otra “verdad” aparente. Si no. Aplicamos somos. Incongruentes y hasta mentirosos. Juan dice en su primera epístola que aquel que el que dice haber conocido a Dios y no guarda su verdad es mentiroso y la verdad no está en él (1 Juan 2:4).
Es la aplicación de la verdad lo que transforma nuestra vida. Conocerla, entender y no aplicar es tan malo como ignorarla.
RECORDAR
La vida que Dios quiere para nosotros es una vida de “cada día” no de un día. No recordar la Palabra cada día es adentrarse en el peligro de ser llevados pro cualquier viento de doctrina.
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;”
Efesios 4:17-18 RVR1960
Recordar es algo con lo que muchos hemos lidiado. Hemos usado el término “memorizar” para referirnos a ello en la escuela y el trabajo. Hemos sufrido con las tablas, las capitales y los elementos de la tabla periódica solo para olvidarlas después. Pero quiero contarte el verdadero alcance y significado de “memorizar”.
La memoria es, en realidad, un “lugar” en nuestra mente en el que todos los procesos cognitivos ocurren. Cuando cumples con cada paso de los antes. Mencionados, estás provocando que, luego, sin sufrir, recuerdes más fácilmente (no te aflijas, es un proceso progresivo). Al leer, pensar, encontrarle sentido y aplicación personal; incluso al recordar vivencias asociadas a la Palabra, generarás algo llamado “aprendizaje significativo, que es cuando lo aprendido pasa a ser verdad para vos (algo que no se olvida tan fácilmente).
La Palabra no solo es linda, también es útil: La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. ORAR
Por supuesto, toda la revelación de la Palabra fue a través del Espíritu Santo que inspiró para traernos su Verdad. Es imposible que la. Meditación den la Biblia está disociada del auxilio del Espíritu Santo. La oración es el nexo entre nosotros y Dios y por lo tanto es tanto un acto exigible como uno inevitable. Cuando hay gratitud en el corazón.
Entonces lee la Palabra para conocerla, medita para comprenderla, aplícala para ser transformado y recuérdala para deleitarte en ella cada día.
En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras. Salmo 119:15-16 RVR60